El sur de Mallorca

El sur de ensueño y tranquilo

En contraste con el resto de Mallorca, el sur de la isla está relativamente poco poblado y sólo hay unos pocos asentamientos vacacionales. Las estaciones más conocidas son Badia Blava, Cala Pi, Sa Ràpita, Colònia Sant Jordi, Cala LLombards, Santanyí y Cala Santanyí.

Como en otras partes de Mallorca, las playas son magníficas y el principal atractivo. Por ejemplo, Es Trenc, una hermosa playa de arena blanca de dos kilómetros de longitud y suave pendiente con dunas al fondo. Y otras calas, aún vírgenes y situadas en reservas naturales, son también destinos maravillosos. En el sur puedes disfrutar de muchas actividades deportivas acuáticas, como el kitesurf y el stand up paddle en Can Pastilla o las motos acuáticas y el parapente en El Arenal. Aquí tendrás todas las posibilidades para ti.

Los pueblos tienen un aire muy auténtico y de ensueño. Una de las mayores fincas ecológicas de Baleares, Es Fangar, recibe a los visitantes y ofrece visitas y catas de vino.

El archipiélago de Cabrera merece sin duda una visita. Es uno de los parques nacionales de la costa sur y está abierto a los visitantes. En verano, se ofrecen excursiones diarias en barco, con salida desde el puerto de la Colonia de Sant Jordi. En la isla principal encontrará una pequeña fortaleza y un museo, pero, por supuesto, también podrá nadar y bucear en la gruta azul. Si está interesado en la excursión al archipiélago, debe planificarla y reservarla con antelación, ya que sólo se permite la entrada de 50 visitantes al día en la isla. Otro parque nacional, en el sureste de Mallorca, es Mondragó. Se trata de un parque poblado por una gran variedad de aves exóticas.

Además, en el sur se encontrará con muchos pueblecitos de pescadores, que desprenden su propio encanto. La oferta de inmuebles es una mezcla variopinta, para que cada interesado pueda encontrar su propiedad a la medida.

Porto Petro

Porto Petro es un pequeño y tranquilo pueblo portuario. Hasta el día de hoy, el pequeño pueblo de pescadores ha sabido conservar su encanto original y hoy sólo cuenta con 500 habitantes.

Los turistas rara vez vienen a Porto Petro, por lo que sólo hay unos pocos hoteles. Cuando los turistas vienen al pueblo, es para visitar las hermosas playas y el puerto deportivo. Para los que quieran unas vacaciones tranquilas y relajadas en las que las playas no estén invadidas por otros turistas, Porto Petro es el lugar ideal. Aquí podrá relajarse y pasar un hermoso día junto al mar. Tienes varias bahías de arena para elegir.

Deportes y actividades acuáticas en Porto Petro

¿ Prefieres hacer un curso de vela o de buceo, o preferires alquilar un kayak o un barco? La elección es tuya.

Merece la pena considerar un viaje al Parque Nacional de Mondragó. Se puede llegar en "barco con fondo de cristal", que, como su nombre indica, tiene un fondo de cristal para poder observar el fondo marino durante el viaje. Y también se pueden realizar actividades en tierra. ¿Qué tal una visita al faro, por ejemplo? Los alrededores también tienen cosas interesantes que ofrecer. Hay que visitar sobre todo las grandes playas naturales y las diferentes caletas. Algunos ejemplos son las bahías de Cala Mondragó y Cala S'Amarador. El centro vacacional de Cala d'Or, que está a sólo 4 km de Porto Petro, es conocido por sus bahías centelleantes y el puerto deportivo repleto de restaurantes.

En Porto Petro encontrarás muchas casas tradicionales con tejados de tejas. Un gran número de ellas también están equipadas con las famosas contraventanas mallorquinas. Los precios de los inmuebles se sitúan en la franja media de precios. Por ejemplo, puedes comprar un piso de 2 dormitorios desde 260.000 euros. Las casas adosadas y los chalets tradicionales empiezan a partir de 600.000 euros. La parte trasera de Porto Petro es conocida por su alto nivel y se ha convertido con el tiempo en una tranquila zona residencial. Alrededor del pueblo se pueden encontrar algunas fincas de vacacionales, la mayoría de las cuales ofrecen una maravillosa vista de Porto Petro.

Porto Petro sigue siendo una buena recomendación. Aquí las playas nunca están masificadas, por lo que se puede conseguir un buen lugar junto al mar incluso en temporada alta. Incluso en los meses de invierno se pueden pasar bonitos días junto al mar, ya que la temperatura exterior ronda los 20 grados incluso en invierno.

Santanyí

Santanyí ofrece más de 48 kilómetros de costa de ensueño. Tiene una población de aproximadamente 3.000 habitantes, la mayoría de ellos expatriados que dan a la ciudad un toque ligeramente internacional y aportan riqueza de ultramar a la economía. La zona es muy popular entre los veraneantes alemanes y también entre los expatriados. El clima cálido durante todo el año, el fácil acceso a Palma y al mismo tiempo el entorno tranquilo de Santanyí hacen la combinación perfecta.

En Santanyí confluyen los aspectos más diversos: un sol radiante, un entorno precioso y una colorida mezcla de diferentes residentes internacionales. Muchos de los residentes proceden de entornos creativos o incluso trabajan como artistas. El lugar atrae a artistas de todo el mundo. Esta es también una de las razones por las que hay muchas galerías aquí. Incluso hoy en día, el arte desempeña un papel fundamental en Santanyí y se pueden descubrir y visitar muchas galerías y talleres diferentes en las estrechas calles de esta tranquila ciudad.

Los alrededores de Santanyí

El segundo parque natural más grande de las Islas Baleares está cerca de Santanyí y el pintoresco puerto de Cala Figuera también está a pocos kilómetros. En este lugar se puede obtener una buena imagen del Mallorca antes del turismo masificado.

La playa de Cala Mondragó se extiende siete kilómetros al sureste de Santanyí y está situada en una gran bahía dentro de una reserva natural designada. Un lugar fascinante con aguas cristalinas de color turquesa y muchos pinos que llenan el aire con su fragancia.

El Festival Internacional de Música forma parte de los eventos anuales. Funciona de abril a septiembre. Los conciertos son gratuitos y se celebran en lugares especiales y simbólicos como iglesias o monasterios. Este festival atrae a la ciudad a muchos artistas conocidos y también a nuevos talentos.

El mercado inmobiliario de Santanyí se centra especialmente en las fincas. Aquí es difícil encontrar casas adosadas. Algunas de las casas adosadas que aún están disponibles necesitan ser reformadas, pero la mayoría ya han sido adquiridas y reformadas por inversores alemanes.

Cala Pi

Cala Pi es el asentamiento más antiguo conocido en Mallorca. Aunque hoy en día se encuentra alejada del turismo de masas y es un lugar privilegiado, antaño era el lugar de moda. En la actualidad, el asentamiento sigue estando escasamente poblado, pero, al igual que el pueblo vecino de Vallgornera, es principalmente un complejo turístico puro. Sin embargo, las cosas son definitivamente más tranquilas y relajadas aquí que en otras regiones.

La bahía de Cala Pi

La bahía de Cala Pi es una pequeña y maravillosa bahía. Sólo se puede acceder a ella por medio de empinadas escaleras y rodeada de rocas cubiertas de pinos. El agua aquí es azul turquesa y cristalina, con una caída poco profunda y casi sin olas. Los acantilados se elevan más de 30 metros a ambos lados. La bahía tiene un puerto natural y la fina arena blanca completa la vista.

Cala Pi también es adecuada para los excursionistas. En el pueblo hay muchas y hermosas rutas de senderismo. La mayoría de estos senderos también rodean la bahía, por lo que son perfectos para un descanso para nadar. Si lo que busca es relajarse, los pintorescos asentamientos de villas son el lugar idóneo.

Precios de las propiedades en Cala Pi

La mayoría de los inversores inmobiliarios utilizan su propiedad en Cala Pi como segunda residencia o casa de vacaciones. Sólo unos pocos viven aquí todo el año. Los precios de los pisos y de las casas adosadas se sitúan en el segmento medio. Se pueden comprar desde 100.000 euros. Los áticos y las villas más pequeñas se ofrecen a partir de 400.000 euros. En el caso de las villas junto al mar, hay que prever más de un millón de euros. Dependiendo del mobiliario de la villa o de su ubicación exacta, puede costar hasta tres millones de euros. Las fincas son poco frecuentes aquí; suelen estar situadas un poco más al norte y en las regiones rurales de Mallorca.